martes, 11 de agosto de 2015

La Música del Flamenco Tonalidad


La Música del Flamenco - Tonalidad:

La escala andaluza 
Los elementos musicales que conforman el género flamenco, por mucho que parezcan específicos, se pueden encontrar, prácticamente en su totalidad, rastreando en el folklore español. Los patrones musicales que configuran ese folklore se encuentran reunidos en los tres géneros más populares, la seguidilla, la jota y el fandango. Además de patrones rítmicos muy concretos (que comentamos más adelante), seguidillas y fandangos proporcionan un tipo de cadencia que se denomina andaluza, porque es en ese folklore donde se encuentra más extendida que en ningún otro del mundo hispano. Sobre esta cadencia se realizan estilos tan significativos como la soleá o la seguiriya. Es pues la tonalidad flamenca por antonomasia. 
Pero existen otros modos que se utilizan en el flamenco, los llamados armónicos, propios de la cultura occidental, los modos mayor y menor. La principal diferencia entre el modal andaluz y los modos armónicos es que en aquel entre el primer y segundo grado de la escala, en vez de un tono entero, como ocurre en los modos armónicos, hay medio tono. Esta característica, propia del modo dórico griego, o del frigio medieval, hace que la tonalidad se construya con cuatro acordes principales, 1° Mi, 2° Fa, 3° Sol, 4° La, los tres primeros mayores y el 4° menor. Esta cadencia (normalmente en sentido descendente, La, Sol, Fa, Mi) se transporta a toda la guitarra. 
Tradicionalmente los tocaores para interpretar estilos sobre la escala andaluza han utilizado dos acordes básicos: La mayor y Mi mayor; es lo que vulgarmente se viene llamando toque por medio y toque por arriba, respectivamente. Esta denominación hace referencia a la posición que los dedos de la mano izquierda ocupan sobre el diapasón de la guitarra al pulsar el acorde; en acorde de Mi el guitarrista tocando por la parte superior del diapasón -por arriba-; en acorde de La lo hace por la zona central -por medio-. Puesto que los guitarristas utilizan la cejilla para adaptar el tono de su instrumento a la voz del cantaor, se hablará entonces, por ejemplo, de "poner la guitarra al tres por medio"; esto es, colocar la cejilla en el tercer traste y tocar sobre acorde de La, lo que corresponde a la tonalidad de Do modal andaluz o a la de Do Mayor. 
La sonoridad que se obtiene en la guitarra a partir de esta rueda de acordes ofrece un colorido determinado, que unido a la exuberante rítmica -que parte de fandangos, seguidillas y jotas- y al primitivo sentido modal -no armónico- del género, con esos quejíos particulares de la voz, hacen del flamenco una música diferente y rápidamente identificable. La cejilla ofrece la posibilidad de transportar los tonos básicos, por arriba y por medio, a todo el mástil de la guitarra. Sin embargo, a fin de aprovechar al máximo el diapasón de la guitarra, Ramón Montoya, el gran maestro madrileño de la guitarra flamenca, "inventó" una serie de trasposiciones sin cejilla del toque por arriba y por medio al observar las limitaciones que éstas imponían. Así que además del toque "por arriba" sobre el Mi, o "por medio" sobre el La, divulgó / creó otras cuatro formas de acompañar determinados cantes. Dos sobre el segundo traste: el tono de taranta, en el segundo traste por arriba (Fa#), y el de granaína -que venía de antiguo-, en el segundo traste por medio (Si#). Y dos sobre el cuarto traste: el tono de minera, en el cuarto traste por arriba (Sol#), y el tono de Rondeña, en el cuarto traste por medio (Do#). El abanico de posibilidades se amplía entonces considerablemente. Pero aún hay más. 
Tonalidad mayor, menor 
No sólo de tonos modales vive el flamenco. También existen, como decimos, cantes que se interpretan en la tonalidad armónica europea: los modos mayor y menor. No en vano la escala mayor es una de las más comunes en el folklore predominando en la jota, cuya traducción al aire flamenco la tenemos en las alegrías de Cádiz. Sin embargo, buena parte de los géneros "modales" -soleares, seguiriyas, etc.- aprovechan algunos grados "tonales" en las ruedas de acordes que realizan. Los fandangos aprovechan al máximo esa dualidad entre lo modal y lo tonal: dejan las variaciones de guitarra para la escala modal andaluza y los cantables en tonalidad mayor. 
El tono menor se encuentra en géneros como la petenera, la farruca, la milonga y en muchos tangos y cuplés por bulerías. 
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